La señorita no recuerda, no sabe donde despertó, no conoce su reflejo y ni siquiera sabe que existe...
La señorita desmemoriada da un paso y lo olvida, vive siglos y los deja atrás... ¿pero acaso su semblante se adormece?...tantas vidas y tantos sueños, tantas glorias, tantas dichas y penas olvidadas al momento. ¿Acaso importa?...quizás, pero para ella no... Alza la mirada, mira las estrellas y sonríe....
En cada rincón esconde sus miedos, canta en saltos peregrinos que se repiten hasta el infinito, lado extraño del cierto y enigmático desierto de la realidad, la señorita sin memoria mira sus manos y se pregunta donde esta…
A la final no existe, nunca existió ¿para qué recordarse a sí misma? El mundo le grita al oído y ella escucha tratando de comprender las lenguas blasfemas de la sociedad....pero jamás entenderá, ¿para qué? ¡igual no dicen NADA!
La señorita sin memoria sigue sonriendo a pesar de que sus penas se acumulen en su pequeño corazón, esconde su rostro y en un recuerdo que no recuerda se casa con las estrellas.